Finca con encanto y vistas al mar y el valle Moraira, Costa Blanca
Esta finca rústica mediterránea representa un hogar con carácter y una historia propia. Ubicada una zona tranquila entre Moraira, Teulada y Benitachell, fue concebida en los años 90 como un refugio familiar donde crear recuerdos para toda la vida. Hoy, su personalidad se aprecia en cada detalle: en las vigas de madera recuperada, en la piedra natural, en la calidez de la mobila y en el suave murmullo del mar que se percibe desde sus terrazas. Con más de 11.000 m² de parcela y 568 m² construidos, la propiedad se integra con su entorno de forma natural. Su orientación sur garantiza luz durante todo el día, mientras que la privacidad absoluta y las amplias vistas al Mediterráneo y al campo crean una atmósfera de calma y desconexión. En el interior, la vivienda dispone de 4 dormitorios. La planta superior alberga la zona de noche, con 3 baños completos, mientras que la planta inferior incluye un aseo de cortesía y un apartamento independiente con acceso directo a la piscina y a la zona de barbacoa. El corazón de la casa es su amplio salón dividido en dos ambientes, cada uno con una chimenea de estilo único: una chimenea robusta de piedra y otra de hierro fundido, perfecta para las tardes de invierno. La cocina, equipada con una exclusiva cocina Molteni de estilo profesional, se convierte en un espacio ideal para los amantes de la gastronomía. El comedor, presidido por una lámpara de araña y mobiliario decapado, aporta un ambiente elegante y acogedor. Los materiales de la propiedad no solo han sido seleccionados por estética, sino por calidad y durabilidad: mármol crema marfil en los baños, escaleras de mármol macizo, pavimento de barro cocido y aislamiento de termoarcilla, garantizando confort y eficiencia energética. La finca cuenta además con suelo radiante, depósito de gas, termo-bomba de calor, doble acristalamiento, bodega con comedor abovedado, lavandería, garaje con cargador para coche eléctrico y certificación energética A. En el exterior, el estilo mediterráneo continúa: piscina con forma orgánica, cocina de verano, barbacoa tradicional, jardines con árboles frutales y diversos espacios que invitan a disfrutar del clima y del entorno. Esta propiedad no es simplemente una vivienda; es un estilo de vida, un lugar diseñado para disfrutarse en cualquier momento del año.

